domingo, 29 de junio de 2008

Felicitaciones de mis amigos de Cinosargo

15:54

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FUENTE ORIGINAL DEL TEXTO: REVISTA CINOSARGO


Queremos dar un gran abrazo y afectuoso saludo de felicitación a nuestro querido amigo y director, Daniel Rojas, joven escritor y poeta, aunque a él no le guste la chapa, por haber obtenido el financiamiento que entrega el fondo del libro a través de los fondos de cultura y el Consejo Nacional de Cultura y las Artes. La beca obtenida servirá para la realización y publicación de su proyecto de Investigación Literario, basado en un metodo pragmático el cual aborda cinco novelas latinoamericanas generacionales. Los resultados publicados hoy en la web del consejo de cultura, lo señalan como uno de los merecidos postulantes beneficiados dentro del país (Chile) y el único de la XV región que vió aprobado su proyecto, en esa línea de concurso.


Aplaudimos su esfuerzo constante y dedicación, digamos, obsesiva hacia el mundo literario. Grande Daniel!!!!!!! y larga vida a Cinosargo!!!!!!!!


sábado, 28 de junio de 2008

Semblanzas profundas: Poetas en Dictadura de Mayo Muñoz

14:20

Esta semana, queremos dedicar Semblanzas profundas a un libro que a juicio de Armando Uribe Arce incomparable poeta y premio nacional de literatura año 2004, es un compendio inconmensurable de voces y verdadero mapa poético sin parangón en Chile, en los últimos 30 años.

La antología, titulada "Poetas en Dictadura”, comprende el trabajo realizado por autores del norte grande, de la en ese entonces, primera región. Hoy, zona política y administrativamente escindida en dos cuerpos, la XV de Arica y Parinacota y la I de Tarapacá.

El periodo de producción, que este libro de 500 páginas y completa bibliografía comprende(referencias a otras antologías, premios en concursos de los poetas nortinos, revistas y discografías) principia con el quiebre de la institucionalidad en el año 73 y cierra su umbral, con la vuelta a la democracia, durante 1990. De ahí su nombre, pero principalmente su espíritu.

La obra, sin lugar a dudas, es una tarea ambiciosa, que procura escuchar y muchas veces rescatar para luego difundir, el discurso lírico y la voz poética de una región del mundo, por lo demás desértica y alejada de su centro, plasmando en el papel las impresiones sensibles de una generación que de forma abrupta y violenta, tuvo que ajustarse a condiciones de vida y expresión extremas, las cuales desafiaron material y anímicamente, el libre ejercicio de la voluntad, bajo pena de exclusión o muerte.

Poetas en Dictadura, nombre que el mismo autor, Mayo Muñoz, reconoce en el prologo del texto, puede provocar resquemor, pugnas y prejuicio, resulta como obra y totalidad, incluso para el lector de hoy, muchas veces indiferente o el de ayer, de cara al conflicto, sumido en cualquiera de los bandos, imposible de escamotear en su valor estético. Desde luego que hay un fuerte factor documental y cronístico implícito, pero no se debe imponer y eludir por ello, el ejercicio literario que supera toda barrera de intolerancia, a medida que se van desplegando los versos, sin perder en lo absoluto, la fibra personal e íntimo sentir de cada creador, al punto de elevarse más allá del álgido contexto histórico.

Sin duda el devenir motivó muchas de las piezas, no podemos negar con respecto al libro, su condición de vaso comunicante y referencia obligada a un pasado todavía palpitante, tour de force a las impresiones del momento y el sentir que subyace como herida aunque también, cual búsqueda constante de un sueño, esperanza que no se diluye, arrebato, rabia, escape, tortura o delusión, una gama extensa de sensaciones y sensibilidades que alejan a esta compilación, de la univocidad del folletín.

Distanciamiento peculiar y propio del arte. Reside en la manera en que los autores se apropian del mundo que los rodea y el lenguaje cotidiano, para crear su propio código, una metáfora de lo esencial, con lectura abierta y pluralista, sin el peso, que imponen los abanderamientos e ideologías.

No es tampoco la intención del texto, fragmentar un país que empieza y trata tozudo, aunque muchas veces falle en sus intentos por lograr unirse y edificar una identidad por medio de su más grande valor, las personas, el diálogo, la empatía y esa capacidad de sentir y comunicar sin restricciones y represión.

La Creación de Poetas en Dictadura, antología de la primera región procura retomar y en muchos casos, azuzar esa incesante necesidad dialéctica, la confrontación de ideas y la construcción de nuevos caminos a partir de las impredecibles rutas que genera el debate. Gestada en su totalidad por el poeta y narrador nacional Mayo Muñoz, Poetas en dictadura vio la luz el año 2004.

Mayo, escritor del norte de Chile, nació en Illapel, cuarta región del país y fue testigo y protagonista preferencial de los cambios y conflictos que enfrentó la nación. Exonerado y preso político, ha publicado Alambradas Rotas que cuenta con tres ediciones (1981, 1997 y 2002) 56 kilos de carne y hueso del 84, para criar cantando del 87 y Norteamar también del 2004. Además de otras antologías breves entre los años 97 y 98.

De este recorrido por las letras, nace una combinación de creador y ávido lector de sus pares, capaz de establecer un criterio de selección equitativo en la distribución de espacio y entrega del material literario y no por ello reduccionista, pues el antologador, reconoce diferencias de envergadura, alcance de las obras y calidad, pero sin duda no olvida la constancia, maduración y reflejo de un sentir que impulsó el desarrollo social, la restauración y en mayor medida, hizo patente el latido más visceral de voces y discursos que se presumían silenciados

En términos técnicos, esto se traduce en su interés por considerar como obra publicada para la compilación, los diversos medios de transmisión de textos, oral, canto popular, revistas, poesía visual, trípticos, cintas grabadas, mimeografía y una larga lista de alternativas de difusión algunas precarias y otras subversivas.

Finalmente, de la misma forma que señala su interés por considerar todos los focos y vías de poetizar, el autor no olvida en su abordaje (nombre del prefacio) señalar el problema de irrealidad que descansa en toda antología gestada con buenas intenciones pero con una lejanía tangencial al universo que viven y sufren los actores recoplidados.

Primero se piensa en las publicaciones hechas por cofradías y grupos y luego en aquellas que se tramitan desde un bureau en el centro el cual sólo atiende a un número restringido y muestra sesgada, en sentido contrario a estos ejemplos, Muñoz destaca la labor de algunos compañeros de ruta, Martínez Fernández en Palabra escrita, Juvenal Ayala con su antología Poética del Norte en el 98 y la de Luís Araya Novoa llamada Espejismos del 97.

Entre los nombres que forman Poetas en dictadura y sin ánimo de exclusión o preferencia, podemos nombrar a: Nana Gutiérrez, Alicia Galaz Vivar, Iris Fernández Ángel, José Martínez Fernández, Ariel Santibáñez, Luís Araya Novoa, Patricio Ubeda, Walter Rojas, Rodolfo Khan, José morales Salazar, Carlos Mamani, Miguel Duran Candia, Omar Alegría, Pachita Arancibia, Juvenal Ayala, Alberto Carrizo, Claudio Castro, Florencio Faundez, Luisa Guerra Moreno, Oscar Hahn Gastón Herrera Cortes, Carlos Marchant, Priscilla Marinkovic Tapia, Raquel Pino Parraguez, Guillermo Ross-Murray, Ariel Santibañez, Ramon Seguel Vorpahl, Oliver. Welden y el antologador, Mayo Muñoz entre otros.

Es importante también, no olvidar el epígrafe de Lihn. Este nos sirve para comprender la filosofía y visión que reposa tras esta mirada literaria, que surge treinta y un años después de los eventos, que produjeran el gran quiebre vital que aún acosa a nuestro país y a sus habitantes, los escritores del texto no son la excepción.

Por tanto, al revisar las palabras de inicio que dicen así: Ni a pesar de la cólera quise desbaratar a mi enemigo. Pero escribí y me muero por mi cuenta, porque escribí, porque escribí estoy vivo.

Descubrimos la acertada elección del autor, que sabe lo duro y confrontacional de su empresa, pero que con coraje asume la apuesta hasta el final y tal como desnuda el ineludible escritor de la generación del 50 con sus trascendentales versos. Hay una necesidad de reconstruirnos y crecer pero el rencor no es la opción sino la autonomía e impenetrabilidad de nuestras conciencias y eso sólo se consigue cuando somos verdaderamente libres y no cifras o autómatas por voluntad propia, presas de la autocompasión o víctimas de la mano traidora que siempre desea el poder a cualquier precio

El devenir, (vida y obra) de los autores que tengo en mis manos al realizar esta crónica me compele como escritor, poeta y sobre todo como persona, a reflexionar y entender una calidad de sucesor, no sólo en lo artístico, sino humano, lo cual implica a su vez, un llamado y apelación general, en el cual es indispensable reconocer las diferencias y los puntos de encuentro, pues en esa frontera y concordia, duerme el eje de nuestra propio desiderar. Sin duda, esta tarea también le tocó a los poetas de la obra y el autor consciente de ello, no quiso que sus amigos, gesta y poesía, quedaran en las sombras de una selva que muchas veces tiende con indiferencia, a devorarnos sin piedad. Sólo queda señalar que esta obra será un modelo de antología y una brújula para todos los que se aproximen al universo de la poesía contemporánea del norte de chile.

Autor: Daniel Rojas Pachas

También Publicado en Cinosargo

Muestra de Poemas de Mayo Muñoz

ROSA DE FUEGO

En nuestro territorio
tenemos encendida< br> aún la rosa
y juramos
que ni siquiera
la mordedura del hambre
ni los húmedos ladrillos
podrán tapiarla para siempre
en el foso del silencio.

QUIÉN ES?

¿Quién se esconde
tras anteojos oscuros
y derriba mi puerta
en la alta noche
De qué se nos acusa ahora
si ya no tenemos heredad,
De qué?, si de poco el dolor
lo fué anegando todo.

¡ Ah, pero en nuestra miseria no permitiremos insolencias. No estamos afiliados al partido. Sólo somos partidarios de la vida y la alegría y no podrán acallarnos a menos qué.

Mayo Muñoz Poeta Nortino

jueves, 26 de junio de 2008

Convicción por Daniel Rojas Pachas

1:42
Ventanas, puertas, ventanas, algunos rostros temerosos ocultan su curiosidad, amparan el morbo tras el cortinaje, en balcones, desde el primer piso, ventanas, puertas, ojos, más ventanas, luego sólo colores y mis pasos son a cada segundo más pesados, exigentes, demandan demasiado, la garganta es una lija, los ojos una caldera sudorosa… Llevo dentro un motor deshecho, agotado, los brazos ya no me responden, no quiero pensar, no quiero saber lo que me harán, oigo sus caballos al doblar la esquina… No están lejos, maldicen, gritan azuzan a sus bestias, blasfeman y luego una nueva arenga por el rey, muerte a los anarquistas, muerte a los traidores de la corona… Lo sé, lo puedo ver, pero intento no imaginarlo… siguen el olor a sangre, ellos también lo imaginan, quieren ver mis tripas en una fosa común, no quiero terminar como el resto de mi familia, ahora solo veo manchas, hace tres cuadras que no escucho el castañetear de sus veloces patas, la fusta molesta. Al salir de la buhardilla pude entre cada zigzagueo sentir los tiros cortando el aire… la pólvora estallando, el metal contra el cemento de cada tiro errado, la mudez del toque de queda fue arrastrada por los suelos, entre el bramido de los belfos y las botas marciales… corre niño, corre, decía el idiota del pasaje, sólo vi las siluetas degollándolo junto a su lecho en un rincón, lo mataron por irresponsable, por escandaloso, por considerar todo un juego… la caballería no esta jugando… Me dio tiempo para salir… sus gritos, su agonía, evitaron que fuese víctima mientras dormía, así han caído tantos… creo haberlos perdido, ya no puedo más, ya no puedo pero debo seguir, debo seguir… eso me decía al escribir ese libelo, debes seguir, hazlo, sigue, al repartirlo en las fábricas, en las plazas, sigue, debes hacerlo… Ahora debo evitar ver atrás, convertir todo en una estela, seguir, ser un mirar de reojo, una exaltación general de mis sentidos… seguir y soñar con un día más si es posible, calles, esquinas un laberinto de casas y morros de basura con dueños, son los irresponsables, los idiotas de cada barrio, hay tantos estos días, tantos hambrientos, tantos laberintos, disparos, botas, cárceles… Más disparos, cuerpos degollados, jóvenes tirados en la oscuridad cerrada, carreras abruptas abortadas, luchas por escapar, lo intentas de corazón, deseas seguir, fosas comunes, deseas; de pronto todo termina; silencio...

Autor: Daniel Rojas P

miércoles, 25 de junio de 2008

Anverso Literario: El Túnel de Sábato, sesenta años de desasosiego

22:27

El Túnel es un texto que mantiene su vigencia pese a los sesenta años que lo preceden, no por nada fue elogiado y recomendado por Mann y Camus para su traducción a lenguas extranjeras.

Dentro de Latinoamérica y el mundo, es una obra cumbre del desasosiego y crisis social. Más allá del problema existencial y condición edípica del protagonista, Sábato entrega a través del pintor, una serie de ideas personales y reflexiones con una genialidad narrativa que opera in en extrema res a medio camino entre el género testimonial, psicológico y el thriller de suspenso.

La obsesión de Castel, retratada en el cuadro Maternidad y luego en la figura de Maria Iribarne, es una muestra sintomática del quiebre comunicacional que sufre el hombre desde siempre, viéndose severamente acentuado por el absurdo y alienación del mundo moderno. Personajes como la voz que orquesta el Túnel, se han presentado en la literatura desde Notes from underground de Dostoyevski, pasando por Merseault del Extranjero y así, hasta ese treintón, ingeniero agrónomo de Ampliación del campo de batalla y otros que seguirán desnudando el malestar.

La pregunta y clara elección de la obra, para un análisis literario, estriba en la forma en que muchos lectores la enfrentan. Sobre todo aquellos que encontramos dentro de los programas educativos (pues El Túnel sigue estando en el tope de las listas escolares, paradójicamente entregado en un mismo semestre, al lado de textos como la dieta de la muerte, juventud en éxtasis, quién se llevo mi queso y el caballero de la armadura oxidada)

En tal medida, cabe cuestionar, de que forma se aborda el tema y contenido en Chile. ¿Existe un misreading? y si no, ¿Qué perspectivas hay para la obra y la captación libre de la lectura por parte del alumno? Es indispensable que toda obra interpretada, genere un diálogo con su destinatario y se proyecte una postura que contraste lo enunciado con el mundo y enciclopedia personal. Desde luego que esto es un acto solitario, privado y personal, pero si se tiende a evaluar, ¿Cuáles son las condiciones y límites que tiene el estudiante? Pues si se adopta el método tradicional de preguntas cerradas al criterio del maestro, no se puede obviar la premeditada y peligrosa ubicación de Castel frente a los títulos de autoayuda mentados, lo cual, ante una visión recalcitrantemente optimista y lineal, denosta la visión original del texto y avala la preocupación del autor argentino, la incomunicación que crucifica perspectivas sensibles, tan sólo por hallarse al límite. Lo que en términos pedagógicos, va en marcado perjuicio de la tolerancia y capacidad de generar opinión en lectores inmaduros con un criterio aún en formación.

Quizá vale la pena revisitar muchas obras, grandes clásicos y salir de la usuales preguntas de valores y disvalores y relatos de episodios y roles marcados a sangre.

Para hablar del Túnel, pensemos primero en la figura de Ernesto Sábato, humanista preocupado por el tema de la libertad y las relaciones humanas, lo ha demostrado en sus libros y ensayos; y El Túnel que abre su trilogía de novelas, no es la excepción. La obra nos plantea descarnadamente la crisis de una sociedad abúlica y barbárica que se esconde tras una fachada de progreso y civilización, la cual sin asco, frustra al hombre contemporáneo aumentando su incertidumbre, haciendo negativa su condición más intima de desamparo, su soledad ontológica, la cual le es vedada en los siguientes términos: Posibilidad que todo ser tiene para realizarse y que conlleva como libertad absoluta la gran responsabilidad de orientar, dar sentido en la praxis a la angustiosa facultad de ser para si. (Duro positivismo en términos Sartreanos)

Muy por el contrario, la voluntad en sociedades de consumo, tecnocráticas y esencialistas como la nuestra, se plantea como una afirmación del poderío y convicción de dogmas por encima de la realidad humana (pasivo conformismo o sumisión). En estas sociedades (las modernas, las que nos tocan de lleno como usuarios y no miembros) el ser es un constructo, un artefacto “en si”, en otras palabras y como el filosofo francés expone claramente, no hay diferencia entre el hombre y un cortapapel.

Estamos ante una cosmovisión productiva en que la necesidad de cuestionar la realidad, de ser en un acto volitivo, es penado y por tanto quien asuma esta condición existencial, no será mas que un reflejo grave de carencias de tipo emocional, alienación moral, social o simples patologías e incluso, en términos mas extremos: un sujeto atado a meras preocupaciones burguesas, propio de hombres dedicados a la contemplación producto de la falta de reales conflictos como la lucha de clases y el genuino compromiso social. Esa es la lectura que usualmente muchos dan a Castel, viéndolo como un ser aberrante, todo lo contrario a lo que propugna la literatura de masas, en espacial la autoayuda, tristemente el pintor, es el ejemplo a desechar y repudiar.

No se percatan de que Castel es un reflejo de nuestra interioridad como hombres y comunidad. Debido a su costumbre y afiatamiento a dichas estructuras de poder en las relaciones, él sufre un enajenamiento en la comunicación con el yo interno, y percibe la necesidad metafísica o vital de descubrirse a si mismo con arreglo a las condiciones circunstaciales de su entorno. En un hondo vació de desesperanza,

El mismo pintor así lo define y busca desesperado soslayar dicho agujero de forma inconsciente y a través de la manera más genuina posible, el arte, El universo del «yo», afirma Sábato, se explora mejor a través de la novela que, a diferencia de la filosofía y de la ciencia, puede transmitir la plenitud de la realidad humana, es decir, la unión del intelecto y de las emociones.

Recurso que el personaje así como el autor textual, tienen a favor, producto de su arte. Sin embargo, pese al grandioso efecto que Castel consigue extrapolar (el cuadro maternidad, más específicamente la imagen de la mujer en la ventana) como medio para conseguir entrar en contacto consigo mismo y llegar a una comunicación si bien no absoluta: al menos de una sinceridad y validez encomiable, esto tampoco se concreta a cabalidad con el descenso a su universo interno, oscuro y abismal al cual sólo rodea en sus peores momentos, siendo probablemente los de mayor lucidez, aquellos en que se confronta ante la tragedia ineludible, el homicidio y el suicidio, de manera tal que erróneamente la búsqueda la extiende de forma predominante fuera de si y cree encontrar la respuesta en María, a quien considera su alma gemela por un fortuito encuentro al cual da características casi proféticas.

Cree que ella lo puede entender en su totalidad y librarlo del encierro, esto debido a que pudo captar, aún cuando fuese fugazmente, el mensaje ulterior del cuadro. En el proceso de edificar una relación y el quiebre que sobreviene, historia que conocemos de sobremanera, Juan Pablo se lanza a una vorágine destructiva en que no sólo cosifica a la mujer sino también su duda existencial, la búsqueda de su yo al cual mutila y limita, pues en un proceder absolutista y determinante: circunscribe toda su necesidad de existir a un mero problema comunicacional (no menor, pero no único y desde luego dañino en la forma en que él lo focaliza), el cual absurdamente, debido a las características en extremo lógico-deductivas del personaje, capaz de elaborar juicios y medidas extremas en base a prejuicios y roles arquetípicos con respecto a la mujer, a la fidelidad, el matrimonio e incluso el amor, cierra todo canal de comprensión ante la alteridad, lo que deviene en pormenorizar la condición de María como sujeto.

Este es otro de los grandes problemas existenciales, el de la intersubjetividad y el de la mirada, el cual Sabato expone magistralmente en esta fémina a momentos indescifrable y misteriosa por sus propios actos y la cual al ser idealizada, cosificada o definida de antemano por Castel, queda subyugada al deseo y la frustración. El pintor no puede controlar la voluntad y las relaciones, menos el pensamiento o el pasado de Maria. Ante ese hecho irrevocable, la soledad en el hombre aumenta, pues existía un solo túnel, el suyo, el que quiso negar, el que negligentemente pensó compartir, cuando solo fugazmente nos topamos con otros o incluso, aún cuando logremos un real y genuino puente de comunicación, no somos vinculados del todo, pues el otro sigue como nosotros en su propio ser con todo lo que esto implica. Como yo, el otro es también un yo indisoluble, y solo en la imaginación, en la idealización se puede cristalizar una definición absoluta entre dos seres, lo cual en gran medida no deja de ser una simple proyección de mi mismo en el cuerpo de otro.

Pero en definitiva, la frustración ante un desamparo y angustia mal enfocados producto de relaciones estructurales lógicas y esencialistas del amor y comunicación, forjadas en el seno de la racionalidad y la cultura, lo cual se acentúa en el inconsciente colectivo ante las condiciones dogmáticas y a la vez contradictorias y absurdas de la crisis social sustentada en un progreso eversivo; son las causas, nunca la justificación de este crimen de claras connotaciones filosóficas, pues en su desprecio y violencia, media todo lo que ha alimentado una clara condición de esclavitud e invalidez existencial, en un hombre proclive al aislamiento y a la autodestrucción debido a su hipócrita y abúlico entorno.

De forma fáctica todo lo expuesto se traduce en su afán por no compartir a Maria, menos con Hunter quien representa de sobremanera todo lo que desprecia (la Argentina visible de Mallea), así dividir el ser de Maria, es como dividirse el mismo, renunciar a su autenticidad, a lo mas intimo que tiene. Pues el se entrega profundamente compartiendo lo único que siente real el dolor, su misantropía.

Como cierre y en relación a la lectura y análisis filosófico realizado, es de suma importancia destacar las propias palabras del autor con respecto a su visión en este ámbito. Ya que tanto la obra como su personal contexto de producción y las revelaciones que el propio texto nos hace a través de complejos intrincamientos; produce un vaivén desde niveles metafísicos y ontológicos a planos psicológicos y sociales de la vida moderna. En su libro de ensayos Heterodoxia (1953), Sábato ha escrito: «Mientras escribía esta novela, arrastrado por sentimientos confusos e impulsos inconscientes, muchas veces me detenía perplejo a juzgar lo que estaba saliendo, tan distinto de lo que había previsto. (...) Las ideas metafísicas se convierten así en problemas psicológicos, la soledad metafísica se transforma en el aislamiento de un hombre concreto en una ciudad concreta, la desesperación metafísica se transforma en celos, y el cuento que parecía destinado a ilustrar un problema metafísico se convierte en una novela de pasión y de crimen.»

Autor: Daniel Rojas Pachas.

Publicado también en Cinosargo.

martes, 24 de junio de 2008

Post-Mortern Modern Cards I

20:54

Estoi (ko) desa-L/R-mado, en el vértice del cuestionamiento, sin saber para que lado ir o de donde vengo. Really, todo es confuso bajo mis pies y la sien se halla unida a mi ano pues todo lo que pienso lo cago y todo lo que cague hoy, ayer y quién sabe quizá mañana también, fue pensado, no por mi, sino por algo supremo, por un Diosito o Societas, por miedito o la maricona forma de aminorar todo. Sobre todo mi cabeza, que ya no sé si piensa o alguna vez, en otra dimensión remota lo hizo por vez primera... Mi pasado es una sombra que me persigue, mi presente millones de dudas mezquinas y quien sabe, si el futuro no es más que una pregunta que pende de mi locura entre ese millón de cuestiones, siendo la número 999.999. Numerada y bajo el código de miles de códigos milenarios. Danzo en el retrete, enorgullecido de mi meta, mis sueños, mi objetivo y las meta-busquedas que tenía. Eran mi plan a cinco años, pero ya los cague o bajo mis patas hediondas se desa-L/R-man por que he caminado mucho y tengo pie de atleta y el culo escaldado, al fin descubro el malestar de los malatesta, al fin no estoi (ko) al fin no hay poder supremo por encima de mi cerebro, sólo yo, desamparado sin compas ni brújula. sólo con un cuerpo y duda, me pregunto y se cuánto no tiene respuesta, incluida mi existencia, mi antigua vida y mi presente sin futuro... Solo, yo desa-L/R-mado tratando de armarme sin alma...

Autor: Daniel Rojas P. - Ilustración: Montefinale.




lunes, 23 de junio de 2008

Delusión

23:47


Y conjugada la palabra como el rito y gracia del cual todos bebemos, un aullido partió mi

[nada…

Y la del resto; cobró un cetro y voz de hierro, conquistando hasta la última carencia,

mi carente totalidad, amada inocente, postergada en cuclillas,

debió reclamar el silencio antiguo, la consuetudinaria razón de olvido, también fulminada

[por el rayo.

Ese opaco martirio y pentecostal obsesión.

Ese rellano compartido, lar de corderos, fagocitando al hombre, ladrón de almas, siervo

[atado a la madera y huérfano de río.

La palabra, su cuna, morfina, incensario, tumba, remanso, DIOS, sentido y anatema.

Y en los canales anfractuosos del gólgota hogar de locos,

no pude abrir la multitud como un mar de carne y huesos,

siendo inundado por la durmiente pasión y sopor castizo.

Desde el gozo entero, gradación urgente y medular desliz, debí reconocer el frío golpe

[violáceo,

humillado placer de convertirme en piedra al fondo del saco,

hundiendo al bebé, anegando el sentido, pobre niño mudo, víctima del Aleph.


Autor: Daniel Rojas Pachas


sábado, 21 de junio de 2008

Macerlo Lillo y su apuesta total.

19:08



Hablar de Lillo, empezar a oír ese apellido y el término “escritor chileno” aparejados, sin hacer inmediata referencia al autor de Subterra , demuestra que la condición de revelación literaria de Marcelo, ha empezado a rendir sus frutos.

El autor nacional, recientemente ve concretada su cruzada a través de la edición profesional de su primera obra de cuentos, El fumador y otros relatos , publicado en mayo del 2008 en Madrid por la editorial Caballo de Troya y este mes de julio en nuestro país, por Mondadori Chile , logro que no es en lo absoluto obra y gracia del Paráclito o alguna mano amiga, jugando al compadrazgo.

Así lo prueba su vida de profesor de Castellano en liceos y preuniversitarios, la cual dejo atrás, vendiendo hasta la alfombra de bienvenidos para autoexiliarse junto a su mujer en Niebla, balneario de Valdivia en el cual vive desde el 2002, sumido en una apuesta total, la literatura. Pese a que esta se remonta a su juventud, pues gano su primer concurso a los 19 años y su padre adoptivo, pues como bien dice Lillo, su apellido es algo así como su seudónimo, siempre le promovió la lectura.

A la fecha, no podemos hablar de un neófito o un one hit wonder, pues el escritor tiene en su currículo más de 20 premios literarios, entre regionales y nacionales, tanto en novela como en cuento, razón que promueve la envidia y odio de sus pares y aún estos y quienes lo comparan con el pastiche de Di Benedetto, escritor argentino que Bolaño retratase en su cuento Sensini del libro Llamadas telefónicas, no pueden negar la prolijidad y acierto de Lillo para sobrevivir estratégicamente a punta de encuentros. Tres veces ganador del concurso Fernando Santiván de la Municipalidad de Valvidvia, dos premios del consejo nacional del libro, Marta Brunet de literatura juvenil 2006 y mejor obra inédita cuentos 2007 y así podríamos seguir enumerando, reconocimientos como el Oscar Castro de Rancagua en el 2003 y ese mismo en novela el 2004, lo cual va tallando y da fe de un raro talento que el mismo creador reconoce: Soy un escritor intuitivo con una aguda percepción declara y luego añade, desde el momento en que se me ocurre el título ya se que cuerpo y volumen narrativo debe acompañar al nombre.

En lo extratextual claro, cuenta con una gran ayuda, su fiel y comprometida mujer, comprende la gran intuición artística del autor y aplica su cuota dentro de la vida diaria, siendo su principal lectora y crítica, y no vacila a la hora de apoyarlo en temporadas difíciles, aún cuando ello implique leer el tarot y aceptar una promesa tan tajante como la compra de una Colt 45 que se mantiene como un destino ineludible, ante el fracaso de la empresa escritural de su pareja.

Sin empachó, Lillo afirmó a cabalidad, en el momento en que se embarcara junto con su esposa, fuera de la mundana y bulliciosa urbe “si en cuatro años no sigo ganando concursos o me va mal, me pego un tiro”.

Su tesón en un mercado tan amplio y devorador como el editorial, ha demostrado ser a prueba de balas y ninguneos, no se apabulla ante las caras mezquinas que le niegan el saludo por ser ganador del Paula en 1999 , momento en que logró un primer contacto con Ignacio Echeverría, respetado crítico literario, amigo de Bolaño, que años mas tarde le seguiría la pista como buen detective, por encima del bache que representa la distancia y la falta de medios de comunicación, al punto de concretar lo que hoy es: El fumador y otros relatos, texto en el cual se incluye “Hielo”, pieza ganadora del concurso de fin de siglo de la revista femenina y que terminase siendo puente innegable, para penetrar al mundo editorial.

Lo destacado de Lillo, además de su trabajo como escritor, es su franqueza. Reconoce leer por estos días a Chuck Palahniuk y Philip Roth y asevera que la inspiración se llama "una buena idea y lo demás es trabajo. Cita luego a Carver a quien considera su maestro. Según Raymond, para ser un gran escritor se necesitan tres cosas: talento, ambición y suerte.

El problema es que en Chile nadie escribe novelas ambiciosas, como Vargas Llosa, Don DeLillo o ‘2666’, de Bolaño". Por tanto, los escritores nacionales no me interesan, me aburren. Lo que se traduce en una lista de imperdibles que la componen mayoritariamente norteamericanos, a los cuales se acerca estéticamente. Los nombres que saltan en el acto son Carver desde luego, Cheever, Jerzy Kosinsky, de otros rincones del mundo, el ruso Chejov, el Irlandés Joyce con Dublinenses, Borges y el francés que todos llaman el continuador de Camus, Michel Houellebecq

De tan rica majamama, la idea que sostiene sin titubeos, es que un escritor debe ser un artista. Vivir como tal, al límite y si se puede, superar el ego como J. D Salinger. Otro norteamericano, creador de Holden Caulfield, entrañable personaje del Catcher in the Rye, obra de culto que catapultó a este en su juventud a la fama y que lo forzó voluntariamente a autoexiliarse hasta el día de hoy.

No podemos decir aún eso de Lillo, todavía le queda mucho por escribir en su página personal y aunque acaba de alcanzar la mitad del siglo , su obra debut resuma frescura acompañada de la cuota necesaria de crudeza y laconismo, suficiente para elevarse como una renovadora alternativa, dentro de la narrativa nacional.

Autor: Daniel Rojas Pachas.

jueves, 19 de junio de 2008

Anverso literario: POEMAS DEL MANICOMIO DE MONDRAGÓN

9:22


Anverso literario: POEMAS DEL MANICOMIO DE MONDRAGÓN

Autor: Leopoldo María Panero.
Idioma: Español
Ediciones: Hiperión

Leopoldo María Panero, escritor nacido en Madrid, el año 1948 enmarcado dentro de la poesía española contemporánea dentro del grupo de los novísimos. Es incluido muy joven en la que acabó siendo la legendaria antología de José María Castellet "Nueve novísimos poetas españoles" (Barral, 1970) importante paso para un joven letrado cuyos orígenes se remontan a una familia de destacados escritores de nuestra lengua, Hijo de Leopoldo Panero (1909-1962), sobrino de Juan Panero, hermano de Juan Luís Panero y Michi Panero. Más información sobre la casta Panero, su vinculación y testimonio histórico-político, ligado ambiguamente al Franquismo y la izquierda radical se puede encontrar en el film documental, el desencanto del año 1970, dirigido por Jaime Chávarri.

Aún en el plano extratextual, Panero, para bien o mal de algunos, es parte ineludible de esa secta infame de la literatura, creada en la mente, delirios y necesidad de muchos espíritus adolescentes que gustan de hincar el diente donde ven luces de sordidez y demonización, a fin de alimentar su morbo y autocomplacencia romántica. Esta de más decir que la voz del poeta brilla más allá del escándalo y la pregunta eterna que Bukowski, otro autor de cabecera de toda una generación de huérfanos, beato de sectas y repudio de narices respingadas, esgrime en su poema What they want (Lo que ellos quieren) como una apreciación lírica a la sensibilidad de los genios, su excesivo ego, su depresión y desafió constante ante las expectativas y demandas de normalidad.

Y por otro lado, una sátira al voyerismo de muchos, que más que apreciar el trabajo estético se quedan con la bulla del espectáculo y la resonancia de un tiro en la cabeza, un salto en picada a ese vació que todos rechazan ver o la más absoluta soledad y hambruna del alma.

Panero, en todas esas circunstancias, como maquinista y pasajero del expreso de ida y vuelta al infierno humano, encaja dentro de los lindes del autor de culto, ese que termina estampado en una camiseta junto a Charles Manson y como una cita ineludible para coronar la inteligencia, del usuario. Todo, en virtud de la repulsa que el oficialismo y el usufructo que el contrahaz político, ha hecho de su persona. Ya sea como herramienta o mártir, como producto de la burguesía o víctima de la represión.

Repudiado por cofradías, denostado por partidos, Panero es enviado a prisión muy joven por adherir a discursos disidentes que cantaban la revolución, situación afín a muchos poetas que desde la reclusión, forjaron la tradición clásica y medieval en la península. Su persona se esgrime además, como el prototipo experimentador de la bohemia, precoz consumidor del ácido lisérgico y la filosofía destroyer que tan en boga se pusiera tras los beatniks y sus afanes de abrir las puertas de la percepción. No tiene mucho que envidiar a Burroughs, al cual da alcance en cuanto a conocimiento y uso de psicotrópicos, sumando a todo su negro currículo, la guinda de la torta, un paso prolongado por sanatorios mentales, que no le han impedido en lo absoluto, ser apreciado, antologado y citado por la crítica y academia y lo más importante, dar rienda suelta a la pluma como traductor y escritor. Publicando fecundamente narrativa, lírica y ensayo, lo cual lo constituye como el paradigma del malditismo consagrado y elevado al séptimo cielo.

La obra reseñada a continuación (Poemas del Manicomio de Mondragón) nos remite a fines de la década de los 80, cuando por fin, su obra alcanza el reconocimiento de la crítica especializada, periodo en que paradójicamente se decide su ingreso de manera permanente en el mentado psiquiátrico.

Entre sus publicaciones en poesía hay que destacar: Por el camino de Swan (1968). Así se fundó Carnaby Street (Ocnos, 1970). Last River Together (Ayuso, 1980). Heroína y otros poemas (Madrid. Libertarias, 1992). Teoría lautreamontiana del plagio (Límite 1999). Poemas del Manicomio de Mondragón (Hiperión, 1999). Teoría del miedo, (Igitur, 2000). Y muchos títulos más, que se extienden hasta los presentes días. En narrativa y ensayo por nombrar algunos, destacamos, En lugar del hijo (Tusquets, 1976), libro de relatos fantásticos. Dos relatos y una perversión (Ediciones Libertarias, 1984). Palabras de un asesino, (Ediciones Libertarias, 1999). Mi cerebro es una rosa, (Roger, 1998). Prueba de vida. Autobiografía de la muerte, (Huerga y Fierro, 2002).

Reseña: Este poemario, escrito por el autor español Leopoldo María Panero, en el año 87 es una obra que nos sumerge en los lindes de la sanidad mental, no por el hecho de estar escrito por un recluso, esquizofrénico con delirios de persecución y desde las paredes de un manicomio, sino por la forma en que la lucidez de sus palabras, envuelve maravillosa la delirante voluntad de un hombre que apela a la sociedad no sólo española sino moderna, exigiendo el espacio de inocencia que le ha sido arrebatado por fuerzas ominosas, las garras de una institucionalidad y acomodaticio régimen, ético, axiológico, político y en definitiva, toda aglomeración inquisitiva de poder y orden humano, que se erige como positiva verdad. Luz cegadora que irradia a los cuerdos, a esos que han eliminado, la mirada infinita, la ausencia de prejuicios y magia, en función del pragmatismo diario y la necesidad de lindes.

El gatillante, la llamada sanidad y equilibrio, producto del mismo desarrollo del cuerpo y las presiones externas a él

Lo evocado por Panero, es un estado limpio, antes de cualquier preconsciencia y premoral. Su hablante, un sujeto que busca no ser o más bien volver al estado de no ser, en el cual aún no ha caído presa de los traumas que generan el desarrollo de la mitad inmersa del iceberg y la urgencia de sacarla a flote a través de percepciones y pensamientos dirigidos.

En definitiva, la poesía de Leopoldo María, vinculada arduamente a la psiquiatría y de manera autobiográfica a su locura, recurre a la demencia precoz o traviesa, primer nombre que tuviera la esquizofrenia, como un regreso o intento desesperado de retorno a ese recodo libre de ataduras. Las voces que retumban arduamente en el cráneo y letras del autor, nos remiten al simbolismo francés, especialmente enfocado en la persona de Mallarmé y su deseo por conseguir una expresión órfica, una santidad y precognición a través de los símbolos, imágenes que evocan la capacidad de aprehender los distintos estímulos del mundo, la realidad, más allá de la razón y la capacidad que tenemos, el lenguaje, que si bien nos reduce y confina a ser animales conscientes, capaces de comunicar y plasmar ideas en el aire y papel, puede conseguir una traducción de lo vivido sin restar vitalidad al universo, al imponer el filtro de la palabra, limitante propia del grafismo y la mera observación narrativa o naturalismo finito.

En contraparte, el afán sugestivo, pretende con alusiones, redirigir el azar y caos, directo al espíritu humano, impregnando de ese mismo desorden, al intérprete, la mente no como lógica pura y descarnada, sino como receptáculo y canal de la experiencia mística. El destino, parajes psicodélicos y espacios de inocencia retratados por Carroll, Poe y J. M. Barrie. De tal mixtura, surge un interesante objeto poético, la obra por entero nos ubica en cada una de sus piezas de cara a la sinestesia, apelación a los sentidos y mundos imposibles pero no irreales y con los cuales convivimos, por mucho que pretendamos ahogarlos o encerrarlos bajo siete llaves.

AUTOR: DANIEL ROJAS PACHAS.

PUBLICADO EN CINOSARGO.

MUESTRA DE LA OBRA DE PANERO.

EL QUE ACECHA EN EL UMBRAL. a Inés Alcoba.

Si la beauté n’etait la mort
Toda belleza por el cadáver pasa
y se limpia en el río de la muerte, el Ganges
que a los inmortales conduce
toda mujer
se transfigura en la tumba y adorna
en el eterno peligro de la nada
así, querida
sabrás muriendo lo que es el Adorno
y te adorarán los pulgones y aplaudirán las ranas
de ellas compuesto el canto eterno de la nada
oh, tú, hermana
llena con tu cántico mi noche
de tu susurro delgada hermana
de tu sollozo
que la nada devora
Sabiendo así lo que es el Adorno
las chotacabras avisan Su Llegada.

LOS INMORTALES

Cada conciencia busca la muerte de la otra HEGEL

En la lucha entre conciencias algo cayó al suelo
y el fragor de cristales alegró la reunión
Desde entonces habito entre los Inmortales
donde un rey come frente al Ángel caído
y a flores semejantes la muerte nos deshoja
y arroja en el jardín donde crecemos
temiendo que nos llegue el recuerdo de los hombres.
Llega del cielo a los locos sólo una luz que hace daño
y se alberga en sus cabezas formando un nido de
serpientes
donde invocar el destino de los pájaros
cuya cabeza rigen leyes desconocidas para el hombre
y que gobiernan también este trágico lupanar
donde las almas se acarician con el beso de la puerca,
y la vida tiembla en los labios como una flor
que el viento más sediento empujara sin cesar
por el suelo
donde se resume lo que es la vida del hombre.
Del polvo nació una cosa.
Y esto, ceniza del sapo, broce del cadáver
es el misterio de la rosa.

Debajo de mí
yace un hombre
y el semen
sobre el cementerio
y un pelícano disecado
creado nunca ni antes
Caído el rostro
otra cara en el espejo
un pez sin ojos
Sangre candente en el espejo
sangre candente
en el espejo
un pez que come días pre-
sentes sin rostro

EL LOCO MIRANDO DESDE LA PUERTA DEL JARDÍN.

Hombre normal que por un momento
cruzas tu vida con la del esperpento
has de saber que no fue por matar al pelícano
sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros
y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada
de demonio o de dios debo mi ruina

LAMED WUFNIK

Yo soy un lamed wufnik
sin mí el universo es nada
las cabezas de los hombres
son como sucios pozos negros
yo soy un maed wufnik
sin mí el universo es nada
dios llora en mis hombros
el dolor del universo, las flechas
que le clavan los hombres
yo soy un lamed wufnik
sin mí el universo es nada
le conté un día a un árabe
oscuro, mientras dormía
esta historia de mi vida
y dijo “Tú eres un lamed wufnik”
sin ti Dios es pura nada
* y añadió, “y entre los árabes, un kutb”

(v. Jorge Luís Borges, El Libro de los seres imaginarios)

miércoles, 18 de junio de 2008

Estrenamos nuestro primer número de Cinosargo

9:40

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CRONOLÓGICAMENTE CUMPLIMOS UN MES, POR TANTO, ENTREGAMOS EN FORMATO PDF NUESTRO PRIMER NÚMERO DE CINOSARGO, EDICIÓN MAYO 2008. EN LA REVISTA ENCONTRARÁ EL CONTENIDO DE ESE PERIODO, PRESENTE EN LA WEB www.cinosargo.cl.kz PERO ESTRUCTURADO BAJO LA MODALIDAD TRADICIONAL DE PUBLICACIÓN PARA SU LECTURA, MANEJO Y DIFUSIÓN.

PRESIONE LOS SIGUIENTES LINKS PARA

LEER O DESCARGAR.



lunes, 16 de junio de 2008

Para-Grama

10:21

Para-Grama

Gota,

eléctrico vidrio…

magneto di-soluto,

en la rosa aquamarina

del sujeto.

Su credo,

distante percusión

y

tribu de hombres en torno al fuego.

Inter-ferométrico coral,

plagado con fósiles del abismo negro.

Dimensión,

pretérito

el cuerno y tentacular laúd,

sobre aquellos miles de ojos dispersos…

En un cráneo aéreo

con el cirujano polar,

reposando en su verde esquina

del desierto.

Tuerto, entre perdidas frecuencias

de pasado frenesí

de mudo llanto.

Tune the metronome

And turn on the spectacle

The tongue between us

spectrometer of hate

hold down the clash of voices

The lack of prays

The monolithic sign.


Autor: Daniel Rojas P.

domingo, 15 de junio de 2008

Semblanzas Profundas: José Morales Salazar

9:22


José morales Salazar, nació el 8 de Agosto de 1935 en la oficina salitrera «Valparaiso», al interior de Antofagasta. Se tituló de profesor primario en la Escuela Normal de esa ciudad, y más tarde de profesor de Estado en Castellano en la ex sede Arica de la Universidad de Chile. Ha desarrollado su labor de escritor, poeta y ensayista con una fuerte ligazón hacia el paisaje y hombre del Norte grande de nuestro país.

Hay que destacar además, en torno a su relación con la ciudad de Arica, los años y obras que ha legado, producto de su quehacer pedagógico en Liceos municipales como el Octavio Palma Pérez y embebido de una férrea pasión literaria, el rol primario que ha desempeñado a la hora de dar existencia e integrar activo, talleres que han afianzado promisoriamente las letras locales. Tal es el caso de Altamarea, SEA (Sociedad de escritores de Arica), que posteriormente sería la filial regional de SECH en la cual fungió como socio epónimo, junto a los destacados escritores Raquel Pino Parraguez, Iris Fernández Ángel y Nelson Gómez León.

En años recientes, dentro de la dinámica de grupos literarios y publicaciones colectivas, lo encontramos a la cabeza de Rapsodas Fundacionales, club social y cultural, el cual preside junto a Luís Araya Novoa, Anna Labbe y Sylvia Córdova, esta agrupación, abierta a la comunidad, opera activamente en pro del quehacer cultural y artístico de la zona, edita libros bajo su sello homónimo, entre los cuales destacan los del propio autor "Leyendas del Norte de Chile" : Opúsculos separados que contienen en prosa y en verso, leyendas y tradiciones de la zona: "La Tirana del Tamarugal", "El tesoro del Payachata", "La fuente de Jurasi", "La fuente de Mamiña". "La novia de Azapa", "La viuda del campamento", hay que destacar también, su eximio manual de ortografía para todos los niveles de educación, que va por la cuarta edición, "Toda la ortografía" y el "Fabulario para tiempos en aflicción". Conjunto de 31 fabulas que recoge la estructura de Samaniego, La Fontaine pero abocándose a temas de actualidad.

No podemos omitir, en los logros del taller que el poeta Morales preside, la edición y difusión de los títulos de otros socios como Malicia de Carlos Morales Fredes, La Pastorcita de Ticnámar y otros cuentos de Sylvia Córdova y la obra "Como decíamos ayer" de Ana Labbé Gonzáles entre otros. Lo cual indefectible nos lleva a La Lira nortina, foja que antologa la poesía, ensayo y cuento de los distintos miembros de la asociación literaria, acoge a autores locales y genera números especiales de un escritor, a modo de semblanza.

Dentro de este recorrido por la trayectoria de Morales Salazar, su propia voz, testimonial destaca haber ejercido su magisterio, afincado en oficinas salitreras, pueblos y villorrios desérticos. Por tal motivo, los escritos que ha dado a conocer, muestran el sello inconfundible del mundo pampino. En efecto, su obra es una visión amplia, y profunda del mundo nativo, su cosmovisión, leyendas y tipos humanos.

En poesía su obra ha sido presentada a través de antologías, revistas y prensa especializada. Destacando en el campo del verso su «Romancero Andino», conjunto de poemas épico-líricos que busca mantener vigente el antiquísimo «romance», iniciado par los juglares durante el medioevo español, y llevado a cuotas de genialidad por el culterano Góngora, el prodigio de la generación del 27, Federico García Lorca y en nuestras latitudes, por el recordado poeta Oscar Castro.

Siguiendo su línea, descubrimos dentro del campo narrativo, como José Morales ha abordado las problemáticas existencias, mundos míticos y tribulaciones diarias con versatilidad, así lo demuestran sus numerosos cuentos y artículos costumbristas, entre los cuales se destacan las selecciones «Pachamama» y «Comarca del Sol» (coautoria con Claudia Castro Morales) y Fabulario en tiempos de desesperación, merecedor de la beca de creación literaria, correspondiente a los fondos nacionales para el fomento del libro año 2006.

La figura de José Morales dentro del mapa literario del norte grande y por ende del país, se torna ineludible y paradigmática, a la hora de revisar toda la vertiente lárica y fundacional, sin dejar en el tintero, su rol de educador, promotor y difusor incansable de sus pares.

Autor: Daniel Rojas Pachas

Muestra de la obra de José Morales.

SONETO A LAS TORCAZAS CORDILLERANAS

Los abuelos aymaras contando cordillera
refieren de los vientos de afanes artesanos.
Que tienen estos, juran, virtud picapedrera
Y que les brota vivo el arte de sus manos.
Al alba van los vientos arriba a la cantera
por la Jornada azul de la piedra y sus arcanos
para esculpir torcazas que siembren primavera
por la roca, la lluvia y labriegos comarcanos.
Son estas avecillas la piedra palpitante,
el viento trovador, la montaña itinerante
que bajan de los riscos hacia el verdor en miel.
En su plumaje fulgen crepúsculos puneños,
sus flautas son salmodias de ríos quebradeños.
Buscan la paz del verso para anidar en el.


LAS RONDAS ANDINAS

Esos niños del corro moreno,
los del Ande de azul comarcano,
traerán su ilusión hasta el llano
cuando bajen los ríos de enero.
Vendrá el niño cantor de Charagua,
cuya voz es afluente del viento,
y ha de hacerse poema su aliento
cuando llegue el pastor de Aconcagua.
Con las hijas del Sol de Chiclayo
danzaran los del Lauca nativo,
los zagales de Oruro festivo
harán ronda a una flor de Huancayo.
A la fiesta fecunda de ensueño
las vicuñas vendrán desde el risco
y sabrán que es de miel el aprisco
en el alma del corro puneño.
Desde el lampo de aurora propicia,
que los cóndores bruñen al vuelo,
cual torcaza sedienta de cielo
nacerá la palabra nutricia.
En el cántaro azul de la raza
se unirán los idiomas entonces,
que los niños no tienen mas voces
que su amor, su reír y su danza.
Mas si brotan ortigas matreras
los retoños el gris sufrirán,
y hacia el alto de luz tornaran,
hacia el alto de luz sin fronteras.

viernes, 13 de junio de 2008

Rostros

23:29

Hay rostros erráticos que van y vienen. Hay rostros heréticos que no creen, hay rostros farisaicos, ortodoxos, judaicos, cristianos engañados y temerosos. Hay rostros feéricos, fantásticos y lejanos. De otro universo, extraños como el mío. Hay muchos rostros: Famélicos, flemáticos, liderantes, pertinentes, equívocos pero no simpáticos, filosóficos, profundos, persuasivos y naturales. Hay rostros maquillados, artificiales, populares, lánguidos, jolgóricos y orgásmicos. Hay rostros erguidos, otros contaminados. Rostros viriles, virales y alicaídos. Rostros enfermos, locos, dementes, sanos y puros. Hay rostros artísticos, dadaístas, trasgresores y rupturistas. Hay rostros mudos, ciegos y sordos. Rostros neuróticos, esquizofrénicos, sórdidos, castos, sabios, genios y moralizantes. Rostros eunucos, castrados totales. Hay rostros cándidos, infames, pútridos, pérfidos, decapitados y revolucionarios. Hay rostros ditirámbicos, estratosféricos, odiséicos llenos de experiencia y travesías. Hay mucho rostro poético pero pocos buenos poemas, hay rostros nihilistas, ateos, únicos, existenciales. Con ellos me identifico, con los rostros nauseabundos, derrotados, rebeldes y desgraciados. Rostros de beatniks malditos, rostros musicales que piensan, continúan y nunca siguen a los corderiles, serviciales y serviles. Rostros cínicos, sardónicos, irónicos, ácidos y estrambóticos. Rostros bucólicos, efigies animales; luchan contra conceptuales, atrapados por otros metafóricos, míticos, platónicos, aristotélicos y pletóricos. Hay rostros que meditan, rostros de budistas y profetas.

Rostros socráticos, epicúreos y hedonistas; otros gobiernan y condenan, rostros culposos, enjuiciantes, rostros que mienten, son los presidentes, ministros y abogados, rostros de tiranos, hegemónicos bestias del sistema. Hay rostros anárquicos que los combaten, usan otros colores y trajes, rostros antisistémicos, pero al final organicistas, partidistas, comunitarios y esclavos.

Hay rostros ignorantes, ignorados y fantasmales, rostros ininteligibles, onomatopéyicos, antropomórficos, masoquistas y muchos ordinarios, pobres mendigando, comunes y relegados. Rostros resentidos, otros bellos, femeninos, curvilíneos, deslindantes, inflexibles y sutiles. Rostros confusos, anfibológicos, ambiguos y andróginos.

Hay rostros paternales, unos adolecen otros tienen abundancia, hay rostros maternales, rostros críticos y algunos afanosos, aduladores y con dobles intenciones. Hay rostros silenciados, apáticos, perseguidos, crucificados por creer. Hay rostros decididos, seguros, callados, no necesitan gritar para estar en lo correcto. Rostros depresivos, corroídos, vejados y violados. Rostros que se pierden, rostros extintos del ayer, del comienzo de todos los tiempos. Rostros primales, primitivos y banales. Rostros obscuros, obtusos, cuadrados, cónicos y triangulares. Hay rostros placenteros, lujuriosos, excitados, maquiavélicos, dirigidos, domados y furiosos. Hay rostros ovalados, esféricos y asimétricos, rostros perfectos y otros dispersos, planos y sismográficos.

Hay rostros mitológicos, minotáuricos, colosales, ciclopéicos, heroicos, apolíneos y otros borrachos como Dionisio. Hay rostros soñadores, idealistas, infantiles y jubilosos. Hay rostros pálidos, transparentes, albinos, negros, pecosos y otros amarillos Van Gohg.

Hay rostros que no cambian, pétreos o mecánicos, hay rostros de aluminio, rostros dignos de la revolución industrial, ambiciosos, verdes por el dinero, aceitosos por el petróleo, fugaces por el vapor y metálicos por...

...Ustedes saben. Hay rostros efímeros, fugaces, rostros de estrellas y estrellados. Rostros de emperadores e imperados, rostros de mujeres y hombres. Rostros que no quisiéramos ver o negamos. Rostros viejos, añosos, astrosos o surumbáticos, rostros epitomeos, pitagóricos, totémicos, megáricos, rostros venusinos, rostros de marte, plutón, mercurio y otros espacios fantásticos como el paraíso, rostros bendecidos, sabáticos, dominantes y curiosos. Rostros filatélicos, angelicales y diabólicos. Rostros apóstatas, eremitas, ermitaños y jesuitas.

Hay rostros advenedizos, nacionalistas y alienados. Rostros evangélicos, estupidizados, militantes, militares e ingenuos. Rostros inútiles, porfiados, infernales cual fausto hechizado, rostros posesos otros exorcizados. Hay rostros adormecidos, anestesiados, sorprendidos, soporizados, anodinos, inicuos e inocuos. Hay rostros peligrosos, los llaman individualistas. Hay rostros fotogénicos, otros no tanto. Hay rostros luteranos, atómicos, químicos, siniestros, gastados y nuevos. Hay rostros cosmopolitas, otros metropolitanos, hay rostros europeos, americanos, africanos y oceánicos. Hay rostros provinciales, tostados otros arios, hay rostros mesopotámicos, babilónicos, obsesos y psicopáticos. Hay rostros boreales, de occidente, australes y de oriente. Hay rostros que inspiran confianza, otros la empañan. Hay rostros desastrosos que necesitan cirugía, rostros monstruosos que dan pena y otros que merecen elogios, hay rostros amorosos, otros cobardes, hay rostros valerosos, otros débiles y utópicos, rostros marxistas, kantianos, existencialistas y cartesianos…

Hay rostros ausentes, castizos, casquivanos, tumefactos, típicos, convencionales, erásmicos, mutilados, rastreros, tomistas, depredadores, parapléjicos, ansiosos, aburridos, perniciosos, cálidos y fríos. Hay rostros carbonizados, cenicientos, pastosos, grasientos, delicados y otros firmes, constantes, decididos, voluntariosos y libres. No son muchos pero los hay. Hay infinidad de rostros, pero la gran mayoría son sólo máscaras.

Autor: Daniel Rojas Pachas.

Del libro Música Histórica.


jueves, 12 de junio de 2008

Anverso Literario: El concierto del General.

10:06


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Autor: Roberto flores Salgado, licenciado en educación y magíster en literatura, nació en Arica el año 1974 y realizó sus estudios de pre-grado en la universidad de Tarapacá. Actualmente reside en Santiago y combina la docencia con su voluntaria adhesión a las letras. Su fértil obra narrativa, se compone de libros de cuentos como Historias Limítrofes, La calle es libre y novelas como el Héroe y En días de invierno Boliviano. Más información: En Semblanzas profundas o en su blog La letra mata

Reseña: Esta novela corta, nos sitúa en la cuarta región de Chile, entre las localidades de Ovalle y Serena, con alusiones directas a todo el norte grande del país.

En forma específica, los hechos se hilvanan en un colegio artístico que luego sería rebautizado Jorge Peña Hen, en honor a su fundador y principal promotor, víctima del régimen, producto de sus ideas revolucionarias.

El periodo en cuestión, trata la infancia del protagonista, quien vive alejado de su hogar, por motivos de estudio, al ser beneficiario de una beca otorgada por el gobierno militar. En el mentado recinto, el muchacho entabla sus primeras y significativas relaciones sociales, independientes de la familia: Amistad, flirteo, competitividad, evidenciando un proceso de desarrollo y madurez, el cual se va edificando a la luz de los años previos al plebiscito, la pugna del si y el no, tema que el autor ya ha abordado en otros de sus cuentos y novelas pero desde otras perspectivas, ponderando tópicos como la marginalidad, xenofobia sólo que en progresión generacional.

Aquí, por el contrario, desde una democracia ambigua, que se refleja tajante en la personalidad dispersa del narrador que interviene en breves pero reveladoras ocasiones desde un presente concertacionista. Vamos enterrándonos gracias a un parangón de voces (los dichos de la mente y los eventos formales del pasado y sus contradicciones) de las grietas que han forjado su temple. El personaje es prácticamente una metáfora encarnada de los procesos que vivió el país. Pues ha estado inserto como testigo del periodo posterior a la ruptura institucional y es actual ciudadano del mundo en conflicto. Con esto, Roberto Flores consigue ampliar inteligentemente la crítica. Con una lógica dialéctica, el juicio último de las incoherencias tras los discursos históricos, quedan para el lector.

Estamos entonces, ante un reflejo humano del espíritu nacional, este personaje, dividido, trata de establecer una identidad desde lo enseñado, lo vivido y sufre el conflicto entre la idea personal y social, mientras es bombardeado por éticas, normas y moral. Se trata de un niño que nació y creció en un país escindido, alienado y con ideas e ideologías fuertes en su entorno, reclamando su conciencia. Lo cual lo lleva muchas veces a actuar y prejuzgar, asumiendo que la dictadura, pese a su condición de pobre y relegado, es la solución y horizonte ,tan sólo por otorgarle cierta estabilidad frente al miedo que significa volver a hacer colas y ser víctima de la inflación.

Flores por tanto, nos presenta en El Concierto del General,
el drama de mentes que sólo viven y sufren las consecuencias inmediatas y no cuestionan la realidad aparente, la situación clásica del promedio. Otra, es la condición de personas con criterios en formación, por lo cual, con gran legibilidad y directo estilo, se ponen sobre el tapete, problemáticas como la otredad, la tolerancia, la equidad, que aún están en vías de discusión y diálogo, dentro de nuestras sociedades adolescentes.


Estas se tratan de definir y se pretende n aprehender los mecanismos para la construcción de un sueño e ideal común, pero ambas realidades tienden a diluirse indefectibles en palabras, ante situaciones tan burdas como denunciar a otro por quinientos pesos. Otra metáfora, que más allá de lo obvio, el solucionar un entuerto, no contempla todas las aristas de lo que parece justo desde un solo lado del muro. Por tanto, la idea de relatividad, nos pone en alerta sobre nuestra propia condición y compromiso a todo nivel, personal o social, con preeminencia de la decisión. Pues con ella se pondera el rol tajante que uno juega al asumir un camino, ya sea el del mártir, héroe, apático, revolucionario, intelectual u oficialista.

En definitiva, la obra de Roberto Flores, queda abierta con una clara afirmación para el lector y el país. Los que están a la cabeza, los que se dicen idóneos, deben cuestionarse, externa e internamente, tal como los legos. Sólo así, podrá verificarse en lo profundo, de que lado del muro están y si tienen la capacidad de ver a través de él.

La paradoja que motiva esto es, que pese al cambio de nombre del instituto, más allá del acto ceremonial que implica un regreso a la constitucionalidad y democracia, deviene el fin de las becas y una nivelación que deja actos simbólicos pero elimina situaciones tangibles. Por tanto, uno debe cuestionarse si fuera de los preconceptos y prejuicios del asumir un bando y partido, se es capaz de confrontar otras verdades, pasando por encima de la violencia que uno ejerce al imponer la suya. Soberano, alimentar las ansias de poder y las propias murallas, el feudo, al interior de la mente de cada uno.


Autor: Daniel Rojas P

miércoles, 11 de junio de 2008

Retazos de Memoria.

9:32

Retazos de Memoria. por Daniel Rojas.

Ayer me encontraba frente el pc terminando de ver la película de Pancho Lombardi "La Boca del Lobo". Mientras los créditos se sucedían con una composición en quena de Bernardo Bonezzi, eterno colaborador de Almodóvar, una sensación ambigua entre nostalgia y desazón retumbaba en mi cabeza. El retrato realista de las masacres campesinas en Ayacucho por parte de la avanzada maoísta de Sendero Luminoso y la no menor crueldad de la milicia, fuerza armada a cargo de preservar el orden y erradicar al enemigo invisible de la sierra, me impacto no sólo por la capacidad fílmica del director peruano sino por el lugar que el tema terrorismo ocupa en mis recuerdos, específicamente en mis primeros años de vida. Con esto no quiero hacer una apología a mi infancia, sin embargo no puedo negar que el contexto político y social en el que nací y crecí antes de emigrar a Chile, la Lima que se configura entre los años 83 y 94, fue una época de convulsión, inestabilidad económica y violencia. Esta es la impresión que quisiera recrear, retrotraerme al punto de lograr ser ese niño nuevamente y si es posible, dar un testimonio libre de prejuicios más no de sarcasmo, de la realidad latinoamericana. Para graficar un poco la época y dar orden a la retahíla inconexa de imágenes, hechos y personajes que fluyen en mi mente, voy a valerme de la sinestesia, tal como lo hacían los poetas simbolistas de Francia. Tres sonidos tallados profundamente en mi memoria, serán la base para estimular y lograr hacer fluir la narración. Me refiero en primer lugar a las sirenas nocturnas de la policía luego de alguna escaramuza, balacera o bombazo lejano, la tétrica música de Vangelis que aun hoy me produce escalofríos. Esta servia de opening a los boletines y edición central de 90 segundos, noticiero de canal 2, importante señal televisiva del Perú y favorita en mi hogar. Finalmente el apabullante y monótono traquetear del motor de los equipos electrógenos, grandes monstruos devoradores de gas, generosos productores de luz, indispensables debido al racionamiento nacional del suministro eléctrico. El discurso oficial señala que el origen de esta crisis estuvo en las torres eléctricas derribadas tanto por Sendero como por otras agrupaciones extremistas de izquierda (M.R.T.A). La situación concreta que se prolongó durante meses, implicaba vivir a oscuras días enteros de la semana, sometido a informes de distribución que llegaban periódicamente anunciando los cortes, por lo cual muchas familias y empresas ante la frustración y necesidad de contar con el recurso, optaban por tener equipos privados de generación eléctrica en casa o dentro del recinto laboral. Tal era el caso particular de mi familia, pese al disgusto de vecinos y uno mismo por la contaminación acústica, debimos adquirir un par de esos titanes para mantener operativa la fábrica textil que mis padres tenían en esa época. Estos son sin duda tres puntos indispensables desde los cuales puedo reconstruir gran parte de la historia del país vecino, ocurrida como ya señale, entre los años 80 y comienzos de los 90, periodo que se extiende desde el final del gobierno del entonces reelecto Belaunde Terry (1980-1985) pasando por la frustrada primera administración de Alan García Pérez (1985- 1990) hasta la cartera Fujimoriana tras derrotar a Vargas Llosa (1991-1995). Las sirenas policíacas el estado de guerra y el caos generalizado. Un tour de force que revele la imagen de Lima por esos días, parte en mi mente desde un hecho tan común, como servirse el té junto a tu familia una noche cualquiera, digamos de 1988. A esta altura ya no podemos hablar del tema terrorismo como un conflicto armado entre la milicia y los revolucionarios, librándose en plena selva o sierra. Impactantes imágenes de archivo nos recordaban las matanzas ocurridas a comienzos de los ochenta en poblados rurales, sin embargo, situaciones concretas como los constantes apagones nocturnos, lo que por una parte tenia un factor positivo ya que en tales circunstancias y ante una vela o tenue luz es cuando la familia más reunida se encuentra, bromeando o departiendo libre de cualquier interrupción que puedan representar televisores o videojuegos, nos halaban bruscamente a un realista telón de fondo que distaba mucho de ser una recuadro perfecto de armonía fraternal. Las balaceras o esporádicas explosiones, llegaban como un rumor insidioso que hacia preguntar ¿qué pasa allí afuera?, ¿cuándo va a terminar esto?, ¿por qué debemos vivir así?, era claro que al día siguiente cuando el Comercio y Expreso (diarios de alta circulación nacional en ese entonces) estuviesen en la mesa o en manos de mi padre y se reestableciera la luz, podríamos enterarnos de lo ocurrido. Yo desde mi semi inconsciencia y en tontas y alucinadas charlas con mis compañeros de colegio, sumaria especulaciones fantásticas y nuevas imágenes a mi mente, los capitalinos en cambio, deberían por fin aterrizar el drama para dejar de una vez por todas de hacer la vista a un lado y señalar con su usual desparpajo criollo: Ese es problema de los serranos. Empezaban a sentir en carne propia la guerra. Semejante sensación de inseguridad, te confinaba prácticamente al barrio. Vivíamos un toque de queda auto impuesto y no sólo por los terrucos . El caos se había generalizado. Debido a la corrupción, no podías confiar en la policía, te detenían alegando los cargos más ridículos y tan sólo para pedir una coima (soborno). A mi hermano mayor por ejemplo, cuando tenía alrededor de quince años lo detuvieron por correr, al no darse cuenta que un policía suspicaz venia gritándole alto. Tragicómicamente y por sospecha de quien sabe terrorismo o jogging le subieron a un furgón y le dieron un recorrido ácido por el lado b del turismo capitalino, rodeado de fumones, monstruos de los cerros y asesinos de cambistas. No le quedo más que relajarse con el sutil sentido del humor del copiloto, que desde la cabina le daba ánimos diciendo que la parada final era el penal de Lurigancho. Como culpar en todo caso a la ciudadanía y las fuerzas del orden, el estrés y tensión venia condimentado de una senda económica que era materia prima para los caricaturistas de los diarios y guionistas de cuanto programa de imitadores hubiese en la pantalla chica, mas al interior de los hogares al apagarse la caja tonta y silenciarse las risas comprometidas, empezaba a librarse la batalla contable. Recuerdo días en que camuflado por mis fortalezas de lego rodeada de thundercats, veía a mis padres en un sillón, discutir calculadora en mano, que era mejor hacer ante el inminente anuncio de un nuevo paquetazo (pack de leyes salvadoras del ministro de economía, tipo tablas de los diez mandamientos). Yo desde mi púber candidez me decía ¿qué diablos es eso?, sonaba aterrador, parecía que algo titánico se venia abajo, no estaba lejos de la verdad. La constante devaluación del dinero, la especulación y la escasez de víveres, impulsaba la toma de medidas drásticas y aventuradas por parte de productores y comerciantes. A veces era mejor vender todo y comprar materia prima y alimentos que se almacenarían, otras era mejor esperar y retener la mercadería, pues podías hacer el negocio a un precio fijo, bajo las reglas del crédito y luego, días mas tarde, no conseguir nada con lo obtenido. Literalmente el dinero que tenias en la mañana en la tarde no valía un céntimo. Esto empujo las transacciones a tiempos bíblicos (trueque). Hay que destacar además, entre las proezas del ejecutivo, la creación de un Frankenstein macroeconómico, el dólar MUC, tipo de cambio especial que luego serviría de fachada para millonarias estafas. El congelamiento de las cuentas de ahorro en dólares, el impuesto a los cheques y el fallido intento de estatizar la banca, los seguros y financieras, arrastró al país a una condición pre-industrial que comenzaba a lindar con la realidad de Mad Max. El sentimiento generalizado de incertidumbre y desesperación fue matizado por las largas colas que había que hacer para comprar displays de alimentos no perecibles. Si a esto sumamos que de acuerdo a las estadísticas, el 59% de la población total vivía en condiciones de pobreza extrema y tras la aparición del terrorismo, a la ya inmensa masa cesante o relegada de Lima se sumo el éxodo rural y cordillerano, no es difícil visualizar cuán atiborrada estaba la capital. Amplios sectores periféricos comenzaron a bullir, podías ver como los cerros de la gran ciudad comenzaban a llenarse de precarias comunidades que de sobra esta decir, carecían de recursos básicos. ¿Y cómo procesaba eso una mente de cinco o seis años?, en paseos dominicales a Cieneguilla viendo como pequeñas sombras o manchas de colores que eran autos o combis, subían una pendiente pronunciada por entre medio de apretujadas manchas de mayor tamaño que representaban no menos coloridas casas. De más esta decir que mi distancia con esa realidad, debido a mi condición social era inmensa, ¿Cómo sentir el dolor e impotencia de esa gente? La rabia y frustración de ser segregado. En ese entonces era muy pequeño para dimensionar la crisis en su magnitud, pero todo indica que el peruano promedio, tampoco podía o no quería sentir empatía. Prueba manifiesta de ello, es que el terrorismo haya tenido como principal argumento y arma, la necesidad de dar un giro a la pugna de clases por el pueblo y contra la burguesía y que no lejos de esos manifiestos bajo un discurso demagógico, candidatos con chullo, pala en mano y salsa o cumbia de escudo repartieran cual enardecido Quijote pan y leche para asegurarse votos. Otra fuente bibliográfica era la que proveían las series de televisión que le buscaban al asunto el cariz humorístico, pícaro y pintoresco, me refiero a prodigios televisivos como los Choches, programa que puedo juzgar hoy como políticamente incorrecto en la medida que pretendía hacer caricaturesca una condición tétrica que asola a muchos niños que comercian en las calles como vendedores de golosinas, canillitas, lava autos o simplemente como pirañas (asaltantes) o pandilleros. Mas no fue hasta que de nuevo la crisis toco las puertas del común de los peruanos, que se hizo evidente el tener que ayudar a estas personas en condiciones infrahumanas. En 1991 un brote epidémico del cólera, era evidente e inevitable consecuencia ante la falta de una decente canasta básica de alimentos y desde luego agua potable. Contribuyo a la crisis higiénica, la negligencia de autoridades sanitarias que no fiscalizaban al comercio ambulante principalmente el de alimentos, eso sin contar las constantes huelgas de los funcionarios públicos de centros asistenciales. Una última e inevitable reflexión con respecto al rostro amargo de la capital, nace del mismo hacinamiento, sobrepoblación y falta de perspectivas laborales por la precaria educación. El comercio hormiga, abrumadora informalidad que más allá de dar un aspecto carnavalesco y medieval a las principales arterias de la capital, cimentó la desagradable costumbre de ver como habitual y corriente la suciedad de cuanto distrito fuese invadido. Tales aglomeraciones de improvisados puestos a lo largo de avenidas neurálgicas y calles se volvió por la cantidad de peatones transitando durante largas horas del día, en una invitación propicia para el crimen común. Asaltantes avezados, pirañitas en mancha y ladrones al paso pululaban completando el panorama decadente. Claro para un niño todo esto era un carrusel de luces y ruidos pues cada salida o paseo terminaba con la compra de alguna chuchería, ya que en cada cuadra había un puesto de juguetes y chizitos chipy (equivalente chicha de los chesters). La prensa ¿sensacionalismo, manipulación o verdad? El hacer una alusión directa al tema de Vangelis y un posible trauma personal con la famosa tonadita, lejos de ser una exageración es un reflejo de la forma en que estaban estructurados en esa época los noticieros y sus respectivos avances. Grandes y chicos estábamos inmersos en un tifón de desesperanzadora información. Era muy común estar en las tardes viendo el bloque de dibujos animados, cuando de pronto entre una serie y otra, aparece un conspicuo relator dando los principales titulares a desarrollarse en la edición central. Con una sensación similar a la de quien ve el exorcista o la profecía, presenciábamos una que otra masacre en algún pueblo joven: Un grupo de encapuchados desconocidos entraron en altas horas de la madrugada a la vivienda de n.n, dirigente sindical del distrito X, acribillándolo sin piedad y a quemarropa junto a su familia. O algún ajusticiamiento en las afueras del tribunal supremo: El auto del juez W fue baleado esta mañana desde un vehiculo en movimiento cuya placa se desconoce, la emboscada dejo como saldo al chofer K y a uno de los acompañantes del malogrado juez que se encuentra en la unidad de cuidados intensivos del hospital Z en estado de gravedad. Podría parecer que estoy exagerando al inventar noticias de este tipo, sin embargo mi imaginación no da para tanto, la tónica de las entregas superaba por lejos la ficción y es que la televisión en su depredadora lucha por el raiting, era dadivosa procreadora de programas matutinos como contrapunto con sus ampays de la semana a los comerciantes bamba que hacían dulces con cola de carpintero y matrona cariñosa de ediciones nocturnas de fin de semana que contaban con tres horas o más de duración. Panorama o la Revista Dominical, con un desenfadado estilo, nos entregaba detalles escabrosos e investigaciones profundas que invitaban al paroxismo todo picantemente sazonado con imágenes altamente amarillistas y desde luego deporte. Para muestra un botón, uno de los temas favoritos por esa época y que aun me genera cierta confusión, es la misteriosa y oscura personalidad de “Agustín Mantilla” ministro del interior de Alan García, mano derecha del gobernante y hombre emprendedor y proactivo que ha robado bastante cámara en su vida, claro, sin descuidar sus obligaciones, pues se tomo con celeridad y tesón la tarea de dirigir y fundar en sus ratos de ocio un grupo paramilitar o mejor dicho un escuadrón de la muerte como fue el comando Rodrigo Franco. Este debía servir como contingente antiterrorista pero termino convirtiéndose en una pesadilla similar o peor a la de Sendero. Lo cual es de un alto grado de patetismo, tomando en cuenta que se suponía estos eran los buenos de la película. En fin, fuera de toda burla, mi intención es conectar lo primero, el tema televisión basura y escándalo con este oscuro hombre de gobierno, el Señor Mantilla. Pues tras múltiples situaciones que podrían haber sepultado la imagen de cualquiera, asesinato, violaciones a los derechos humanos, corrupción, robo al estado, su persona ha continuado activa en altas esferas del poder ya sea como ministro, senador, amigo intimo del jefe del servicio de inteligencia e incluso de dos presidentes. Determinando claro esta desde su cúpula y con ayuda de sus amigos, el gran hermano que nace de la suma poder central / medios de comunicación, el destino político y la conciencia de la población peruana, hasta no hace mucho y ¿quién sabe desde cuando? Claro en ese tiempo que idea iba yo a tener de esto, si mi primera preocupación era no perderme un capitulo de los transformers. Eso si, yo tenía a lo sumo siete años, sin embargo, el resto de supuestamente cáusticos televidentes y devoradores de prensa, no eran más que zombies morbosos deleitándose con una programación tipo 1984 de George Orwell. La catarsis publica de una voluntad ignorante y ciega vino con el posterior destape de los videos de Montesinos, en los cuales el Jefecito del servicio de inteligencia del Perú se codeaba con medio mundo en tratos no muy sanos de intercambio de dinero e influencias. La manipulación Fujimoriana había provocado un estado de pan y circo. Semejante bromita hizo quedar a todos los “yo mismo soy” como tarados que digerían de forma atolondrada y sin conciencia, programas sobre brujería, curaciones frotando el huevo o cuye, violadores satánicos, las predicas del hermano Pablo, escolares posesas, calatas por doquier, Yola Polastri y la avalancha de novelas venezolanas y enlatados de Televisa. El comienzo del fin. Lima sábado 12 de septiembre de 1992 . La captura de Abimael Guzmán alias Presidente Gonzalo en su residencia de Surquillo, fue sin duda uno de los hechos que marco al país. Para muchos el tener tras las rejas al extremista, significaba el fin del terrorismo, específicamente de Sendero Luminoso. La desmantelación de su cúpula superior indicaba un gran avance en las medidas que la DINCOTE (dirección nacional contra el terrorismo) y el servicio de inteligencia peruano habían iniciado siguiendo las directrices del Ejecutivo. Y es que la personalidad de este ex profesor de filosofía que dio origen al partido revolucionario de corte marxista-leninista y maoísta que toma su nombre de los escritos de Mariategui, había alcanzado a tales alturas un carácter mesiánico y trascendental. Los peruanos por su parte habían ingerido grandes cuotas de desolación en la lucha contra el terrorismo debido a la forma precipitada en que durante los últimos años, esta había recrudecido. Fácilmente podías estar en un supermercado Todos o Monterrey o en el centro de Lima y terminar convertido en una victima anónima.Sólo meses antes de la captura habíamos sido testigos atónitos de la explosión de 500 kilos de dinamita en Tarata, Miraflores, conocida zona residencial y comercial. El ataque dejo un saldo de 25 muertos, 200 heridos y cuantiosos daños psicológicos y materiales. Recuerdo haber visto eso por televisión, impactantes imágenes de hombres y mujeres buscando a sus familiares entre los escombros, algo similar ocurrió una noche cuando un coche bomba ataco la libertad de expresión, volando el recinto ocupado por canal 2, se sucedían además ataques a blancos dirigidos, personalidades que abogaban por la paz, como el sonado caso de María Elena Moyano. La muerte de la dirigente dejo un dolor profundo en la población. No cuesta entender entonces el júbilo que se sintió al recibir la noticia de la captura. Muchos pueden preguntarse hoy día en forma anecdótica, ¿ey dónde estabas cuando dieron a conocer la noticia?, en el baño, caminando por el barrio, durmiendo. Yo Tenia en ese entonces nueve inviernos y como muchos fines de semana me encontraba en la habitación de mis padres frente a la televisión. Seria algo así como las nueve de la noche, estaba viendo una vieja y repetida hasta la saciedad, película de Tarzán en blanco y negro, cuando de pronto la transmisión se interrumpe con un extra noticioso, si de 90 segundos y su música infausta, sin embargo la tonada tenia esta vez otra sensación. El golpe dado al terrorismo esa noche marcaba el comienzo del fin. Para el Perú comenzaba un largo pero prometedor camino hacia la reconciliación, para mi familia fue distinto, ese seria nuestro último año en el país. Y es que si bien, la caída del cabecilla marco un hito en la guerra civil, también propicio la ruptura de nuestra calma vecinal, nada anticipaba que frente a nuestras propias narices, en la anodina casa roja de dos pisos que tuvimos por años, como vista directa al salir a la calle, habitaba Ketín Vidal, comandante en jefe y principal artífice del plan que apreso a Guzmán. El antiguo y calmo sector residencial de Cipriano Gutiérrez en el distrito de Pueblo Libre, se lleno de guardias armados y de un par de jeeps con ametralladoras en ambos extremos de la calle. El contingente militar rotaba y mantenía un ojo cáustico ante cualquier movimiento sospechoso que implicara alguna vendetta o represalia. Podía parecer emocionante, los primeros días fue como ver hecho realidad un episodio de Gi.Joe o alguna mala película de Stallone pero era más que eso, saturados por el clima de inestabilidad y tras largos años de apostar por una mejora global del país, mi padre, de nacionalidad chilena, tomo la tajante decisión de jugar sus cartas a la tierra que lo vio nacer y crecer. Chile en los noventa estaba entrando a una esperanzada democracia tras un golpe de estado, gobierno popular y cruenta dictadura militar. Y si bien hasta hoy mantenemos contacto con Perú por la familia de mi Madre y eventualmente por mi Padre, que regreso a vivir tiempo después a la capital, el tiempo, la distancia y la necesidad de empezar de nuevo, marco mi perspectiva hacia los hechos de aquellos años. Hoy no veo con rabia ni autocompadecimiento mi infancia, creo que a la larga me dio una lectura general no sólo de la condición de nuestro continente sino también de la humanidad, pues aunque suene exagerado, años más tarde al leer a los grandes narradores americanos de nuestro tiempo, Llosa, Carpentier, Asturias, Donoso, Marques, Mallea, Fuentes, Arenas y muchos más, puedo tanto desde mi experiencia vital como actor y lector, entender en su justa medida y con risa, las famosas revoluciones con sabor a chicha y empanada, el marxismo como panfleto de escolares, la derecha como promesa incumplida y logia de dandys, la democracia como tapadera de abusos y las cruzadas de Guerrillas por los andes, la intervención de la mano negra de la irónicamente llamada Casa blanca y desde luego el surgimiento providencial y epifánico para su posterior caída estrepitosa y humillante de caudillos, demagogos, dictadores e iconos de poleras con boina y frases sobre la primavera a punta de fusil. Como reflexión final a falta de moraleja recuerdo un verso de Cesar Vallejo al encender la televisión y luego de 15 años, ver tras un sucinto zaping que se resume en el único canal que nos llega del Perú (TNP), al actual presidente Alan García Pérez “si el único e inigualable” prometiendo mejoras económicas y el termino del tren eléctrico, para luego ceder palco al candidateable del 2011 Alberto Fujimori dando desde algún bunker, un rimbombante discurso sobre el futuro del Perú, amparado bajo la ética de los samuráis. Quizá soy yo, quizá la gente tiene mala memoria o quizá como dijo el poeta, y esta noche sorda, obscura, ya no podrás jugar, porque la Tierra es un dado roído y ya redondo a fuerza de rodar a la aventura... Autor: Daniel Rojas

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