sábado, 28 de marzo de 2015

Reflexiones preliminares sobre Diálogos entre Literatura y Filosofía de Daniela Pinto Meza (Cinosargo 2015)

13:21

REFLEXIÓN PRELIMINAR
Sandra Baquedano Jer

Este libro traza un camino que desde hace años Daniela Pinto, ha venido talentosamente recorriendo gracias a su altísima capacidad de análisis, unida a una profunda intuición conceptual para abordar problemáticas concretas de la vida con contenidos filosóficos.

A esta joven escritora e investigadora la conocí a partir de un Seminario de Filosofía Contemporánea, que dicté cuando ella cursaba el programa de Magíster en Filosofía Política en la Universidad de Santiago de Chile. En las aulas de su Alma mater pude reconocer en ella su gran capacidad reflexiva y su extraordinario potencial literario. Tales características las aplica al estudio de variadas temáticas afines a sus investigaciones personales, particularmente, al estudio filosófico de la Literatura Hispanoamericana, escribiendo diversos artículos que por su nivel dieron a luz esta significativa publicación y en el futuro, seguirán prometiendo trabajos del mejor nivel.

Ahora el lector podrá adentrarse en sus pensamientos mediante este valiosísimo libro, que resulta ser un puente entre filosofía y literatura. Todos aquellos que vayan avanzando por sus páginas, cruzando cada uno de sus capítulos, podrán apreciar cuán valioso es constantemente transitar los caminos que aquí se abren, pues muchos de ellos son resultado de ciertas impresiones existenciales, que no forman parte de meros encadenamientos de nociones abstractas, sino de una comprensión intuitiva y original de problemáticas tan concretas, como por ejemplo: la transgresión, cuerpo-corporalidad, identidad y sociedad, tomadas de la vida misma y personificadas por diversos autores de la literatura chilena, que ella tan notablemente recoge.

El eslabón entre literatura y filosofía es de un valor inconmensurable pues materializa el profundo significado del asombro originario, aquel que proviene de la vida antes que ser tomado de los problemas escritos en tratados y discutidos por un sinfín de humanistas. De este hecho se desprende uno de los rasgos más valiosos del presente libro, aquello que le da el sello de ser una reivindicación de la joven intuición, fresca, nítida y directa de la primera parte: “Subjetivación, cuerpo, transgresión” a la base de la segunda: “Intuiciones del yo y del otro”, el conocimiento abstracto y conceptual propio de la razón.


Mediante esta última reflexiona con gran lucidez sobre el sentido y significado de la otredad, alteridad, verdad, metafísica y fenomenología al halo de ciertas premisas conceptuales, a partir de los pensadores sobre los cuales ella se aboca.

Un mero conocimiento abstracto de conceptos, sin un asidero concreto en la vida, no permite descender al universo particular, que se manifiesta, escenifica y realiza a través de personajes reales (siendo incluso imaginarios algunos de ellos, piénsese en María Griselda de María Luisa Bombal) dotándolos de una singularidad y actualidad única como los abordados en este libro. Si bien la filosofía necesita de la esfera abstracta para desarrollar su visión y explicar sus resultados, estas nociones se vuelven originarias cuando se descubre que son medios con los cuales desarrollar la reflexión no datos ni puntos de partida de la misma.

El libro de Daniela Pinto tiende hacia ese intento, que aborda en su reflexión final, en torno a las convergencias y divergencias características de la filosofía y la literatura, revelando su propia cosmovisión respecto a esta unión.

En ese sentido el puente entre literatura y filosofía es original, en el más amplio sentido del término, porque nace de captaciones lúcidas de esta joven autora y pueden ayudar al lector a  intentar retornar de un modo esencial a una época, que en esencia no está limitada por una cierta edad, sino por un modo de concebir la realidad. Los espíritus que sepan retornar se dejarán llevar por este libro, pues el lirismo aquí es interior, la filosofía deja aquí de ser abstracta, es una forma de ser que vuelve en un repliegue introspectivo, a contemplar, del mismo modo, el mundo tal cual como se mostró, cuando no se contaba aún con herramientas meramente teóricas ni vacías nociones conceptuales para explicarlo, ni para formular aún nada de abstracta filosofía.

                   El lector podrá nutrirse y asimilar la gran profundidad en su reflexionar y la solidez con la cual se aboca para enfrentar diversas problemáticas afines a la filosofía y la literatura, dándole forma a esta hermandad tan valiosa como necesaria entre ambas.



PALABRAS PRELIMINARES

Manuel Jofré Berríos

El libro de la profesora e investigadora Daniela Pinto es bienvenido como una reflexión elemental acerca de la relación de los diferentes tipos de discursos en nuestra época. Nuestras sociedades son hoy en día espacios de producción, circulación y recepción de diferentes lenguajes, léxicos, voces, y sobre todo escrituras, las cuales emergen desde la más radical diferencia, visibilizando lo real y la capacidad del lenguaje mismo, cada uno a su manera.

La breve época de la especialización llega a su fin. En todos los campos o series científicas, culturales y artísticas se supera la idea funcionalista-estructuralista de los compartimentos estancos y renace la idea holística y sinérgica de las entidades y significaciones como sistemas infinalizables y en constante transformación. En ese sentido, este es un libro transdisciplinar.

La literatura y la filosofía, como partes constituyentes del gran logos, de la semiósfera humana, son discursos que han interactuado a lo largo de toda la historia humana. Desde las primeras palabras, probablemente monosilábicas, hubo una unidad entre lo real, lo imaginario, lo emotivo, lo intelectual, lo social, lo individual. Primaba lo unario.

La historia de los lenguajes, las voces y las escrituras es la historia de las divisiones de las sociedades humanas. Diversas esferas se van así separando radicalmente, aunque siempre haya pretensiones hegemónicas de algunas discursividades. El lenguaje intelectual se separa de la vida cotidiana y el discurso religioso gradualmente va desapareciendo velozmente. El discurso filosófico se escinde del discurso científico. La experiencia artística se separa de la enunciación religiosa. El discurso artístico se aleja del discurso mimético.

Este volumen de Daniela Pinto Meza continúa con la larga reflexión acerca de los devenires de algunos tipos de discursos, pero ahora en un mundo donde la interdiscursividad es lo utopizado. Los lenguajes separados se descubren insuficientes, especialmente en las ciencias humanas y en las ciencias sociales, cuya línea separatoria ha quedado ya borrada desde décadas atrás. La ilusión de los lenguajes, o su falsa conciencia, es pensarse como autónomos o hegemónicos, como lo hace el discurso científico (en alianza con el discurso tecnocrático o tecnológico).
La literatura y la filosofía no han estado nunca cerca de los discursos del poder. Lograron su autonomía separándose del poder político, del poder religioso y del poder militar. Y se convirtieron en lenguajes críticos al poder, que, como el arte, develan los mecanismos de la ideología.

Todos los fenómenos humanos son primariamente incomprensibles. El arte requiere de los estudiosos de las manifestaciones estéticas. Así mismo, la literatura requiere de críticos y teóricos literarios y por cierto, la filosofía necesita de los profesores de filosofía. Las manifestaciones simbólicas e imaginarias de los seres humanos son mucho más complejas que los así denominados fenómenos físicos o materiales porque en su manifestación siempre habrá multivocidad, ambigüedad, polisemia, plurisignificación, incertidumbre. Mostrarán la realidad como sistema inestable.

Así pues, en la época de las convergencias de los discursos, emerge este libro primero de Daniela Pinto que va desde la particularidad de la literatura chilena reciente a lecturas filosóficas y críticas de la propia literatura y de la filosofía. Es obvio que los capítulos presentes tienen que ver con un itinerario vital, formativo y profesional. En su totalidad, el libro es teórico, pues privilegia las experiencias de sentido sobre la sensorialidad pragmática. Y busca los trazos y formatos de la narración y de la reflexión, como macrogéneros discursivos en lo particular cercano y en lo general también próximo.

Este libro, de análisis de discurso literario y filosófico busca cruzar fronteras y establecer diálogos, creando puentes entre diferentes sistemas de significaciones. La literatura y la filosofía, para decir solo una cosa, son biopolítica desfasada, para integrar las nociones de Foucault y Althusser. Nacen de un cuerpo y de una mente, como todo lo humano.

Todos tenemos mucho que aprender y des-aprender. Hoy es el día de la des-educación. Hoy es el día de traspasar compartimentos disciplinares, bajo el signo de los estudios alternativos, la teoría crítica, la decolonización y los estudios culturales. Todo eso encontrará aquí el lector convocado por los problemas de los diversos géneros culturales y literarios, además de los temas analíticos, existenciales y los filosofemas que los agrupan.



Una nación que se precie de serlo debería tener mecanismos para que los jóvenes publicaran sus creaciones y para que sus libros estén al alcance de todos. No pasa eso en Chile, desafortunadamente, provincia local donde prima la parafernalia farandulesca en todos los niveles.

Por eso hay que saludar una publicación como ésta, que quiebra moldes, requiere de un lector acucioso, complejiza el sistema, cuestiona los valores y crea, por sobre las contingencias de la vida cotidiana, que siempre son muchas, una propuesta discursiva que no estaba prevista por la realidad.







domingo, 8 de marzo de 2015

Jabberwocky de Lewis Carroll [Versión de Daniel Rojas Pachas ]

1:17



(De A través del espejo y lo que Alicia encontró allí - Through the Looking-Glass and What Alice Found There, 1872)






Irradiaba  el día y los toves  flexibabosos

giroscopaban y barrenaban en el vergel.

Debilserables  estaban los borogoves

y las raths de madriguera bramaestornusilbaban.



¡Cuídese del Jabberwock, hijo mío!

¡las mandibulas que muerden, las garras que atrapan!

¡Cuídese del ave jubjub y esquiva

al frumioso  Bandersnatch !"



Empuñó su vorpalina  espada:

Largo tiempo persiguió al manxioso enemigo --

Entonces descansó junto al árbol Tum-Tum

plantándose un rato en sus pensamientos



¡Y, como si en asperrogantes pensamientos estuviese sumido,

el Jabberwocky, con ojos llameantes,

vino resoplando a través del tulgido bosque ,

y burbubramó al llegar!



Un, dos! ¡Un, dos! Y a través y a través

la vorpalina espada lo hizo trizas y picadillo!

Lo dejó  muerto, y con su testa

galofrando regresó.

“Al Jabberwock has matado?

¡Ven a mis brazos, hijo radioso!

Oh, frobioso día! ¡ Callooh! Callay!"

risopló con júbilo.



Irradiaba el día y los toves flexibabosos

giroscopaban y barrenaban en el vergel.

Debilserables  estaban los borogoves

y las raths de madriguera bramaestornusilbaban





jueves, 5 de marzo de 2015

Ciudad Fritanga: crónicas de ciudades chilenas

9:11



Más de una treintena de escritores narran ciudades no metropolitanas del país, como Ancud, Quillota y Calama. Son crónicas que surgen en su mayoría desde la memoria, y en las cuales abundan los sentimientos de añoranza y también de frustración. Jorge Baradit, Lina Meruane, Leonardo Sanhueza y Claudia Apablaza son algunos de los narradores de esta publicación.
Por Germán Gautier.
Son 34 autores escribiendo breves crónicas sobre 34 ciudades de Chile, desde Arica a Puerto Williams. Ninguna de ellas podría denominarse metrópolis, aun cuando su incongruente planificación hacia allí apunte. Por el contrario, son ciudades intermedias, agrópolis, ciudades a medio camino entre lo urbano y lo rural. Ciudades difícil de clasificar y difícil de entender.
Ciudades todas que despiertan desde el presente sentimientos de frustración y desde el pasado la más profunda añoranza y cariño. La mayoría de los escritores seleccionados no habitan las ciudades que describen, tampoco son hijos ilustres, pero sí tienen una voz literaria para referirse a ellas.
Ciudad Fritanga es el primer libro de la Editorial Bifurcaciones, que desde la revista homónima  viene reflexionando hace diez años sobre la vida urbana contemporánea. Ricardo Greene, sociólogo e investigador audiovisual, es el editor de esta publicación. La Ciudad Fritanga, dice en la introducción, es ese “lugar donde la vida social no transcurre tanto en las calles sino es espacios domésticos o semi-públicos, como iglesias, clubes deportivos o sedes vecinales; donde los fines de semana no hay mucho que hacer más que organizar un asado familiar o escapar rápido a la naturaleza”.
El mapeo de las ciudades fritanga pone en evidencia la invisibilidad institucional y administrativa de las provincias. Anclado en un centralismo agobiante, muchas de estas urbes muestran sus dotes durante este período estival por sus cualidades paisajísticas, que valen de atracción para el congestionado centro metropolitano. Por eso, estas crónicas afinan su acústica al mostrar honestamente un relato subjetivo que entrega autonomía y un imaginario particular al lugar.
El mapa fritanga
La selección de los cronistas es tan diversa como las mismas ciudades de las cuales escriben. Encontramos consagradas escritoras, poetas, jóvenes narradores, escritores de medio tiempo, historiadores, cineastas, ensayistas. Como norma común, los textos no sobrepasan las tres hojas y eso produce un irrefrenable gusto a poco. En contrapartida, la edición del libro gana puntos con la selección de seis fotógrafos que documentan visualmente algunas ciudades fritangas del país.
Claudia Apablaza (autora de Goo y el amor, Todos piensan que soy un faquir) narra en “El olor de Angostura” sus memorias de infancia en aquel pueblo intermedio entre Santiago y Rancagua. El olor proviene del criadero de cerdos ubicado en el campo de las niñas NM. “Les robábamos la comida a los cerdos. Prefería eso a las lentejas”. Son las memorias que llegan como dictadas de un sueño, de ahí la similitud con un largo poema o, quizás,  con el guión de una película filmada en Super 8.
El escritor Rolando Martínez (Chicha mundial, Salmo a la chicha) cuenta en un formato diario de vida las vicisitudes de un empleado minero de un turno 7×7, en la ciudad de Tocopilla. El sol, la religiosidad al borde de la carretera, la empresa termoeléctrica, el viento, la basura, la fatiga, el rostro de Alexis Sánchez en un graffiti, la cerveza, la inmigrante dominicana, los titulares de la prensa. Las imágenes van apareciendo tras los vidrios del bus. “Aun así, en el instante preciso en que abandone la tarea de escribir estas palabras, ya habrán caído 48 toneladas de óxidos de nitrógeno sobre la ciudad”.
Uno de los mejores relatos de Ciudad Fritanga es el de Jorge Baradit (Policía del karma, Lluscuma), ambientado en la ciudad-puerto de Quintero. Tal vez el único texto que alcanza el tono de cuento, con la historia de un inmigrante palestino que trabaja de sol a sol tras la caja de un almacén y ve cómo su descendencia y él mismo se asfixian en una ciudad sin futuro.
Daniel Villalobos (El sur) escribe sobre Lautaro. Pero su crónica no habla de chimeneas, ni rieles, ni poetas láricos. El suyo es un relato rápido y penetrante, como una cuchillada, sobre un tipo que yace boca abajo frente a un paradero en la carretera. Desde el bus, en un minuto, mientras el carabinero en moto da el paso, surge una ola de memoria que termina en el terror por volver a la ciudad de la cual una vez se marchó.
Los cambios y transformaciones de Ancud son contados por Rosabetty Muñoz (El nombre de ninguna, Polvo de huesos). La poetisa habla de las marcas de una ciudad que no tiene pretensiones de ciudad mayor, donde el tiempo transcurre circularmente, mientras las horas se dejan pasar conversando en la plaza o en un café. La misma escena que incomoda a los jóvenes ultraconectados, que avizoran un futuro arriba de un colectivo o esperando el turno para entrar a la pesquera.
Lina Meruane (Fruta podrida, Sangre en el ojo) vuelve a San Felipe. El largo y complejo viaje de la memoria tiene como objetivo visitar la ciudad de provincia, que le rinde homenaje a su abuelo, un antiguo comerciante textil palestino. Volver es intoxicarse de pasado y estirar las imágenes arrugadas para constatar que las letras blancas y mayúsculas de Salvador Meruane contrastan en un letrero negro a la entrada de un pasaje de una población desierta.
Como advertencia, hay crónicas que se quedan en el estereotipo, en el lugar común y no logran desarrollar una idea original. Es el caso de Romina Reyes(Reinos) con su texto sobre Calama. Cada frase suena artificiosa, muy lejos de una experiencia personal, y situada más bien por los canales estándar del eslogan, Wikipedia o Google Street View. Número puesto en los ránkings de las ciudades menos agraciadas del país, no hay razón para darle en el suelo a Calama. Menos con una prosa tan pobre.
Quien sí logra dar en clavo con una prosa vivencial es el escritor y editor Daniel Rojas Pachas (Cristo Barroco, Tea Party), quien dialoga con Arica. La alegoría que hace del Shopping Center del Pacífico es certera para ilustrar el centralismo del ariqueño, sus cualidades chauvinistas y su tendencia al auto abandono.
Graciosísima es la crónica del poeta Juan Carreño (Compro fierro, Bomba bencina) sobre el grupo Los Inútiles de la ciudad de Rancagua. Fundado en 1974 con el fin de promover la cultura, el deporte y la salud social, este grupo de militares creará talleres de poesía para alabar las cualidades del caballo chileno, la revista Actitud Ranagüina –infaltable en todos los salones de belleza-, y un meritorio trabajo audiovisual llamado Salida del Sol en la Cordillera de los Andes.
El poeta Leonardo Sanhueza (El hijo del presidente, Tres bóvedas) escribe a partir de los recuerdos de infancia, cuando su abuelo lo llevaba a ver los partidos de Green Cross al estadio Germán Becker. “Un hincha del trágico, glorioso y siempre elegante Grigrí”. El inexorable paso del tiempo hasta el día en que llegó por primera vez solo, sin su abuelo fallecido por un cáncer.
Ricardo Greene ha hecho un buen trabajo de edición seleccionando a una diversidad de autores, que desde su ojo personal dan cuenta de modas, circuitos, formas de ser y ritmos de vida. Un libro que logra englobar a las provincias y termina por despejar una terrible verdad: que la igualdad aparente entre unas y otras se remite a una creciente desigualdad. Por mientras, el aceite sigue chirriando a la espera de la sopaipilla, el churro o las papas fritas.

Cinosargo Ediciones

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Cinosargo es un proyecto multimedia transfronterizo que abarca la difusión digital del arte a través de su revista, y la producción y distribución del libro impreso gracias a la editorial y la organización de Ferias, Festivales y Congresos




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